Música y Danza Afroecuatoriana
Como todas las manifestaciones que conforman la cultura popular de los pueblos, las expresiones musicales concretas son el resultado de un proyecto de constitución étnica que se prolonga por alrededor de varios siglos...
La música es una de las manifestaciones que ha ayudado al pueblo Afroecuatoriano a mantener su identidad. Y, desde allí, a organizarse para luchar por sus derechos.
Los afroecuatorianos de la costa (Esmeraldas) son diferentes de los de la sierra (valle del Chota y la cuenca del río Mira): esta diferencia nace en el hecho histórico de que los negros esmeraldeños vivieron en su mayoría como cimarrones y los negros serranos fueron, casi en su totalidad, esclavos.
Estas diferencias sociológicas dieron lugar a manifestaciones musicales totalmente diferentes. Esmeraldas es la tierra de la marimba y del arrullo. El Chota es la tierra de la bomba. A pesar de que ambas están caracterizadas por la polirritmia de origen africano, la música afroesmeraldeña suena mucho más puramente afro, mientras que en la música afrochoteña se integran más influencias indígenas y europeas, que la hacen parecida a la música andina.
La expresión cultural donde más se evidencian las raíces africanas de la población negra del Ecuador es la música. Como todas las manifestaciones que conforman la cultura popular de los pueblos, las expresiones musicales concretas son el resultado de un proyecto de constitución étnica que se prolonga por alrededor de varios siglos
Música y Danza Afro-Choteña
Las expresiones musicales de la población negra del valle del Chota conservan una serie de elementos tradicionales y un fuerte contenido étnico; son además, exclusivas de este grupo. Se trata de música hecha por los negros del Valle, con un equipo instrumental muy propio, y, fundamentalmente destinada a la recreación del mismo grupo. A pesar de que las expresiones musicales difieren notablemente de las de la población afroesmeraldeña, el baile, por lo contrario, muestra aspectos formales y de contenido similares.
Instrumentos Musicales Tradicionales
El equipo musical que sirve de base a la música afro imbabureña muestra una característica principal: está compuesto de instrumentos de soplo y de percusión, obtenidos casi directamente de la naturaleza, sin mayor elaboración, pero que en cambio exigen de los intérpretes una gran habilidad y un profundo conocimiento.
Entre los instrumentos de soplo constan la hoja de naranjo, los puros (calabazas), el tubo de fibra de cabuya y las flautas de carrizo. Los instrumentos de percusión son la bomba, las maracas, el bombo, la caja o tambor, el güiro o raspador y los platillos. La guitarra aunque no se trata de un instrumento autóctono fue incorporada hace muchos años y ocupa también un lugar importante en la música afro imbabureña, específicamente en su expresión denominada bomba.
La Bomba del Valle del Chota
La música bomba, la expresión musical más tradicional y característica de los afro-choteños, es interpretada normalmente por un trío o un cuarteto: una bomba, dos guitarras y, en ocasiones, maracas.
La bomba es el nombre de un género musical y del instrumento que le caracteriza, un pequeño tambor con dos membranas, de las cuales se toca la superior y más grande. Está construido por madera de balsa o del tallo de la cabuya, y se toca con las manos
Los conjuntos que interpretan música bomba vocal suelen ser reducidos. Las letras son de lo más variado: desde las picaronas hasta las que refieren algún acontecimiento político o social o hablan de la dureza de la vida de los campesinos del valle del Chota.
En su versión tradicional son los mismos instrumentistas, siempre varones, los que cantan, y lo hacen a la manera de un grupo coral en el que un solista lleva la voz principal y desarrolla el tema de la canción, mientras el coro responde mediante ecos, repeticiones y contrapuntos. En la actualidad las mujeres han ganado espacio dentro de grupos como vocalistas.
En cualquier caso, la bomba es una música esencialmente bailable. Al igual que la marimba, la danza se caracteriza por la sensualidad. Las mujeres, para demostrar su habilidad como bailarinas, suelen danzar con una botella o una cesta de frutas sobre la cabeza, en perfecto equilibrio
La Banda Mocha
La banda mocha o banda de mate es un grupo orquestal compuesto de 12 o 15 músicos; su nombre obedece al hecho de que los instrumentos de soplo que la integran, y en particular los diversos tipos de puros, son “recortados” o “mochos”. Se puede sostener que este tipo de bandas constituyen una versión local (afro) de las bandas de pueblo, en la medida en que los instrumentos típicos “imitan” los sonidos de los metales (clarinete, trompeta, barítono, bajo).
La música interpretada por la banda mocha es sólo instrumental; nunca se acompaña de voces. Se interpretan diversos géneros musicales: pasillos, porros, cumbias, otros ritmos tropicales y sobre todo música bomba que es el ritmo tradicional de la región. Todos estos ritmos son bailables.
En la parte del valle del Chota perteneciente a Imbabura existe dos bandas mochas: la de Chalguayacu y la de EL Chota. Hay otras dos en el sector del Carchi.
BANDA MOCHA DE CHALGUAYACU
Fue fundada aproximadamente en las décadas de 1930 y 1940, habiendo pasado ya unas tres generaciones de músicos de las familias de Chalguayacu. El maestro Isidro Minda, su actual Coordinador, dice que por la agrupación han pasado como integrantes alrededor de unos 150 músicos
La Banda Mocha cumple un papel determinante en el convivir de la gente de Chalguayacu, pues esta presente en todo acto social que realizan las personas, desde el nacimiento hasta la muerte. Prácticamente la Banda Mocha forma parte de la vida misma de los seres humanos, no solo en Chalguayacu, sino en todos los poblados del Valle del Chota.
Los instrumentos son de viento y percusión con la particularidad de ser fabricados con elementos de la naturaleza.
Actualmente la Banda Mocha está integrada por dos cantantes y 12 músicos que interpretan la hoja, el penco, l carrizo, los puros, platillos, bombo.
La Marimba Esmeraldeña
La marimba, el instrumento que da nombre a este género musical, guarda notable similitud con los xilófonos o balafones africanos. Es un instrumento de 24 teclas de distinta longitud y sonoridad, construidas de chonta dura, una madera noble típica de las selvas tropicales americanas. Las teclas se golpean con unas baquetas del mismo material y bajo ellas se colocan unos resonadores de caña guadúa (una variedad del bambú). Eso es lo que manda la tradición, aunque las circunstancias pueden hacer que uno se tope con resonadores de plástico o con baquetas de metal.
La marimba es normalmente acompañada por dos cununos, y por un número indeterminado de guasás y maracas. Los cununos son tambores alargados de tamaño medio. Son de dos tipos: hembra y macho (se diferencian en el tono). El guasá es un trozo de tronco de caña guadua hueco, relleno de semillas, muy parecido a las maracas, aunque se diferencia de ellas por la forma (alargada) y el sonido.
Al ritmo que producen las bandas de marimba, los negros esmeraldeños ejecutan bailes vibrantes como el bambuco, el patacoré, la pangorita, el mar afuera, el fabriciano y la caderona; o más cadenciosos, como andarele, el caramba, el torbellino, el agua larga, el agua corta y la polca, todos ellos de marcada sensualidad. Antiguamente, las fiestas en las que se danzaban todos estos ritmos se celebraban en las casas de marimba.
Eran conocidas como currelaos, y podían llegar a durar una semana. Su importancia era fundamental en la vida de la comunidad: la ocasión para encontrar novio o novia, y la expresión de identidad de todas y todos.
El Arullo
La principal variación del arrullo frente a la música de marimba es la ausencia de este instrumento en su interpretación. Temáticamente, la diferencia es que el arrullo es un canto cuyos temas son preferentemente religiosos. No siempre; en ocasiones también abordan cuestiones como el sufrimiento del pueblo negro, o hechos históricos relevantes en su historia de resistencia. En cualquier caso, es una música que se interpreta siempre en acontecimientos religiosos: fiestas patronales, “velorios”, Navidad o Semana Santa.
Sobre una base rítmica muy marcada, los arrulladores, siguiendo un esquema de solista-coro, interpretan canciones ya conocidas en las que, a menudo, introducen improvisaciones. El canto es muy repetitivo y los arrulladores suelen recurrir al alcohol para poder sostenerlo durante horas. La finalidad del arrullo no es la diversión, como en la música de marimba, sino un objetivo mágico-religioso. El arrullo busca “abrir el cielo” para que el alma de un niño muerto llegue hasta Dios; o “traer el santo a la fiesta”; o conseguir el favor del Niño Dios que nace el día de Navidad. En este sentido, guarda similitudes con el vudú haitiano, la santería cubana y el candomblé brasileño, religiones afroamericanas en las que mediante el baile se intenta conseguir que el orishá descienda sobre su adepto. Sin embargo, en Ecuador no perviven estas religiones, ni siquiera sincretizadas con el cristianismo.
Algunos géneros musicales que derivan del arrullo son el chigualo, que se interpretan en los “velorios” de los niños muertos, que según la tradición esmeraldeña se convierten en angelitos, y el alabao, cantos sin acompañamiento instrumental para los “velorios” de los adultos.
Fuente : afros.wordpress.com
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