Eduardo Morales - El Chocolate que endulza los oídos
Por
Víctor
Vizuete
Es
talla
‘made
in
Ecuador’,
ni
alto
ni
bajo.
Delgado
y
fibroso.
El
cabello
gris
es
un
claro
reflejo
de
sus
61
años
y
su
bigote,
del
corte
Mr.
Interesante
y
cuidado
con
delicado
esmero,
también.
El
hombre
es
trigueño,
moreno
y
dueño
de
unos
ojos
de
duende,
por
lo
pícaros.
Será
por
eso,
por
su
tono
de
piel
y
su
carácter
dulce
y
dicharrachero,
que
fue
bautizado
con
un
remoquete
que
ya
es
una
extensión
de
su
propio
nombre:
‘Chocolate’.
Y
aunque
Eduardo
Antonio
Morales
Dueñas
jura
y
perjura
que
ese
sobrenombre
no
era
dirigido
a
él
sino
a
uno
de
sus
compañeros,
muy
pocas
personas
le
creen.
Es
más,
este
eximio
requintista
nacido
y
crecido
en
el
popular
barrio
de
Los
Dos
Puentes,
entre
la
Bahía
y
Huancavilca,
desde
el
16
de
marzo
de
1951
hasta
los
18
años
cumplidos,
es
más
conocido
por
su
sobrenombre
que
por
los
que
le
pusieron
sus
padres.
Según
Eduardo,
el
asunto
de
su
apodo,
que
ahora
agradece,
es
así:
el
Chocolate
no
era
para
él,
sino
que
Lucho
Yacelga
azuzó
a
Armando
‘Candela’
Heredia,
uno
de
los
presentadores
estrellas
de
los
sesenta,
a
que
presente
su
número
como:
Y
ahora...
el
dúo
de
los
Hermanos
Yacelga,
con
el
acompañamiento
de
Eduardo
‘Chocolate’
Morales.
Ahí
termina
el
cuento
y
comienza
la
leyenda.
Un
mito
ganado
en
más
de
40
años
de
sacar
provecho
a
sus
manos
de
prestidigitador
de
la
guitarra.
Porque
cuando
el
‘Chocolate’
Morales
toma
uno
de
sus
compañeros
de
estilizado
cuello
y
corazón
de
resonancia
(tiene
cinco,
para
diversos
usos)
entona
las
más
bellas
melodías
del
pentagrama
musical
ecuatoriano.
A
la
perfección.
Sin
ningún
disenso,
‘Chocolate’
Morales
es
uno
de
los
requintistas
nacionales
más
sapientes
y
seguros
de
todos
los
tiempos.
Fiel
heredero
de
una
estirpe
de
maestros
a
quienes
admira,
como
Homero
Hidrovo,
Segundo
Bautista,
Guillermo
Rodríguez,
Segundo
Guaña
o
Nelson
Dueñas,
quien
es
su
pariente.
Y
así
lo
reconocen
todos:
aficionados,
empresarios,
cantantes
y
guitarreros
de
viejo
y
nuevo
cuño.
Lo
hacen
hasta
jóvenes
artífices
del
‘punteado’,
como
Navigio
Cevallos,
requintista
del
Trío
Pambil,
el
más
nombrado
del
momento.
Este
joven
de
38
años
valora
la
solvencia
musical
de
‘Chocolate’
en
la
música
nacional.
Y
afirma
que
en
las
diversas
presentaciones
que
han
tenido
juntos,
nunca
existieron
celos.
“Le
he
acompañado
y
me
ha
acompañado
sin
ningún
problema”.
Margarita
Laso
también
aplaude
sin
reservas
la
estatura
profesional
del
requintista.
Y
también
resalta
su
don
de
gentes,
su
carisma
y
su
jovialidad.
“Un
carácter
que
distensiona
hasta
las
situaciones
más
densas”.
Pepita,
integrante
del
dúo
de
las
Hermanas
Naranjo
Vargas,
también
habla
maravillas
del
artista
nacido
en
el
sur
de
Quito
hace
seis
décadas.
Reconoce
su
maestría,
su
calidez
personal
y
su
estatura
de
caballero,
porque
“a
pesar
de
que
es
chistoso,
nunca
se
pasa
de
la
raya”.
Son
comentarios
que
se
repiten
en
el
nutrido
número
de
artistas
a
los
que
ha
prestado
su
marco
musical
para
su
lucimiento.
Porque
el
currículo
de
‘Chocolate’
Morales
es
más
grueso
y
con
más
distinciones
que
el
de
un
PhD.
Reconocimientos
que,
para
Eduardo,
alcanzaron
su
clímax
en
el
programa
Con
toda
el
alma
de
Juan
Fernando
Velasco
en
el
coliseo
Rumiñahui,
cuando
el
cantautor
le
presentó
ante
un
escenario
abarrotado
como
una
leyenda
viviente
de
la
música
ecuatoriana.
Un
homenaje
a
un
largo,
bohemio
y,
a
veces,
tortuoso
camino
que
empezó
cuando
apenas
salía
de
la
adolescencia.
Cuando
se
dirigió,
entre
optimista
y
asustado,
hasta
el
programa
La
Hora
Éxito,
que
dirigía
su
vecino
de
barrio,
Jorge
Rodríguez
Santander,
en
la
emisora
de
su
propiedad.
Para
no
parar
más.
Y
contagiar
con
su
arte
todo
el
territorio
nacional
y
muchos
lugares
de
afuera.
Fuente: ultimasnoticias.com
Te ha gustado este artículo ? Compártelo :