El cine en Ecuador está en crecimiento, pero ¿qué es el cine ecuatoriano?
En el cine ecuatoriano existen deudas con el guion, la narración cinematográfica...
La creciente producción cinematográfica en el país ha abierto un espacio para el análisis de este fenómeno, que ha beneficiado a realizadores y productores nacionales, desde que la Ley de Cine se promulgó en 2006 y también ha puesto en debate la existencia o no de un cine ecuatoriano, en el sentido de si hay ciertas marcas propias que puedan identificarlo.
Para Juan Martín Cueva, director del Consejo Nacional de Cine, el hecho que exista producción nacional, es un indicador que hay cine ecuatoriano, porque “hay películas hechas en Ecuador, películas ecuatorianas hechas por ecuatorianos en el extranjero”.
Sin embargo, “si se habla de temáticas, estilos o forma de tratamiento de películas, es evidente que el cine no es homogéneo y no persigue ese objetivo, sino que se distingue por su diversificación”, asegura.
Para el experto en comunicación audiovisual, Christian León, identificar el cine ecuatoriano es aún más complejo, debido a que “es una cinematografía absolutamente emergente, en el sentido que no tenemos tradición”, asegura. Además, en las producciones nacionales no se identifican rasgos culturales propios en ciertas producciones.
No se evidencian huellas o marcas que identifiquen al tipo de cine hecho en Ecuador, pero en temáticas de los filmes se pueden observar dos cosas: “el realismo y la temática social”, que según León, eran bastante recurrentes en las producciones de años atrás y “que ahora se ha ido diversificando lo cual es algo muy saludable” en el cine ecuatoriano.
Si se habla de diferenciación sobre otros tipos de cine como el español o el argentino, es evidente que al cine ecuatoriano le hace falta esa marca distintiva, pero es posible catalogar que el cine hecho en el país suramericano apela a la memoria histórica o a los hechos ocurridos en el pasado, lo cual se debe, según León, a la tendencia de los realizadores actuales de resolver conflictos con el pasado y podrían ser catalogadas como localistas, aunque muchas de las cintas han triunfado dentro y fuera del país.
De ahí que varias de las producciones nacionales sean de tipo documental, como el caso de Con mi Corazón en Yambo, de María Fernanda Restrepo o La Muerte de Jaime Roldós, de Manolo Sarmiento. Por otro lado, también se tienen películas de género ficción basadas en hechos reales como las películas recién estrenadas Distante Cercanía, de Alex Schlenker o Mono con Gallinas, de Alfredo León.
Desafíos del cine ecuatoriano
Es claro que la evolución del cine ecuatoriano ha tenido un balance positivo en los últimos siete años, en los que la producción se incrementó, sin embargo, existen falencias en las obras ecuatorianas, en las que se debe trabajar.
“En el cine ecuatoriano existen deudas con el guion, la narración cinematográfica. En el universo de la actuación, en la dirección de actores y la preparación actoral que incluye la diversidad y versatilidad de los actores”, aseguró Juan Martín Cueva.
Christian León concuerda con lo que dice Cueva y añade que al cine ecuatoriano le hace falta pensar en “que el cine no es un oficio solo técnico, sino un oficio intelectual y cultural, esa ambición no está muy clara”.
Para León es necesario que exista esa ambición, para que el cine que se produzca tenga una relevancia cultural y no solo sea un cine confortable o de entretenimiento.
Fuente : cinerama.ec
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