José de la Cuadra
Su aptitud literaria fue expuesta desde sus primeras historias en 1923, cuando apenas contaba con 20 años de edad.
José de la Cuadra (1903-1941) fue un escritor y político ecuatoriano que perteneció al Grupo de Guayaquil. Sus cuentos formaron parte de la literatura más destacada del realismo social en el Ecuador.
Su aptitud literaria fue expuesta desde sus primeras historias en 1923, cuando apenas contaba con 20 años de edad. Después, trabajó en el periódico ecuatoriano El Telégrafo. Cuadra militó en las filas del Partido Socialista Ecuatoriano desde su creación, a mediados de los años 20.
Su narrativa no se enfocó en adoctrinar al lector, pero siempre estuvo en su obra la sensibilidad social. También mantuvo un estilo narrativo muy celebrado, incluso por los miembros de su generación, que lo consideraban superior.
Su última obra, que llevó por nombre Guásinton, fue una suerte de compilación de sus trabajos a lo largo de varios años. José de la Cuadra murió temprano, a los 37 años, por una hemorragia cerebral.
Primeros años
José de la Cuadra y Vargas nació el 3 de septiembre de 1903 en Guayaquil, Ecuador. Fue hijo de Vicente de la Cuadra y Bayas, y de Ana Victoria Vargas y Jiménez Arias, hija del coronel José María Vargas Plaza.
Vicente de la Cuadra murió joven, entonces su hijo José y su esposa Ana Victoria quedaron al cuidado del abuelo materno del niño. El escritor aseguraba que los años más felices de su infancia transcurrieron en la casona colonial en la que vivía con su familia.
Asistió a la secundaria en el Colegio Vicente Rocafuerte. Al mismo tiempo, Cuadra estudiaba contabilidad, por recomendación de su abuelo, en la escuela del profesor Marco A. Reinoso.
La primera incursión literaria de Cuadra de la que se guarda registro es un relato llamado Los frutos del desatino, publicado en el primer número de la revista Fiat-Lux en 1918.
Más adelante, ese mismo año, salió otro texto suyo titulado Cosas de la vida, en el primer número de Melpómene, una revista científica y literaria editada por el mismo Cuadra, de 15 años, junto con Jorge Japhel Matamoros. Esta publicación solo alcanzó tres entregas.
Etapa universitaria
En 1921 Cuadra se recibió de bachiller. En este momento el ambiente social del país se hallaba en un punto sensible que tiempo después detonó en la Revolución del 15 de noviembre de 1922.
Durante este período, Cuadra entró a la Universidad de Guayaquil como estudiante de derecho. La lucha social y su profesión como jurista tuvieron influencia en su trabajo literario y narrativo.
Entre 1919 y 1920 fue parte de la redacción de Juventud Estudiosa. En los textos de Cuadra de entonces se observa su firme inclinación hacia el modernismo. En esta época solo publicaba poesía y notas en prosa lírica.
Algunos de sus textos publicados en varias revistas literarias de ese momento fueron: Sangre de Incas y Decepción, ambos de 1919, también al año siguiente publicó A la pálida y posteriormente Símbolo (1922), Novia muerta (1922), así como Desde el remanso (1923) y Ruta (1924).
En 1923 Cuadra consiguió un puesto de profesor y luego como bibliotecario en el Colegio Vicente Rocafuerte.
En 1924, publicó una recopilación de cuentos bajo el título Oro de sol. También ese año comenzó a trabajar como periodista en el diario El Telégrafo, en el que escribía la columna femenina bajo el alias de Ruy Lucanor.
Derecho
En 1927, José de la Cuadra obtuvo el grado de Licenciado en Derecho pero, gracias a la presentación de su tesis, que versaba sobre el matrimonio y el derecho civil, se tituló como Doctor en Jurisprudencia y Ciencias Sociales.
Se dedicó al ejercicio del derecho en un despacho, donde normalmente atendía casos de clientes pobres a quienes les cobraba sumas simbólicas por sus servicios.
Carrera política
Con la Revolución del 25 y la fundación del Partido Socialista Ecuatoriano en 1926, en el que Cuadra militaba, se despertó aún más en él la vocación social, que expresaba tanto en sus acciones como en sus escritos.
Intentó llevar adelante el proyecto de una Universidad Popular, en la que se admitieran alumnos de bajos recursos, pero esta idea fracasó. También en esta época fungió como presidente del Centro Universitario de Guayaquil y de la Federación Sur de Estudiantes Universitarios.
Años después, en 1934, fue nombrado secretario de la Gobernación del Guayas por Roberto Barquerizo Moreno. Al mismo tiempo, se dedicaba a la actividad literaria de forma constante.
Un año más tarde, Cuadra se separó de la política para trabajar como profesor en la Universidad de Guayaquil.
En 1937 regresó al cargo de secretario de la Gobernación del Guayas, en esta oportunidad al lado del coronel Jorge Quintana, que no estuvo durante mucho tiempo en la oficina, pues fue designado ministro de Gobierno y se llevó a Cuadra como secretario del ministerio.
Al año siguiente, Cuadra fue nombrado visitador de consulados, y ahí recorrió el continente latinoamericano, pues estuvo en Perú, Bolivia, Chile y, en Buenos Aries, Argentina, fue cónsul general.
Carrera literaria
Durante los años 20, Cuadra colaboró en distintos medios impresos, pero su estilo alcanzó el punto más alto en la década de los 30. Es entonces cuando se yergue como el mayor exponente del cuento ecuatoriano.
Su estilo se fue separando progresivamente del modernismo y comenzó a orientarse hacia el realismo social. Eso quedó signado con Repisas, una selección de 21 relatos en los que el autor se devela prometedor y maduro.
Formó parte del Grupo de Guayaquil, y entre ellos fue considerado el más grande, no en edad, sino en talento. La obra cúspide de Cuadra fue Sanguarimas de 1934.
Vida personal
El 24 de marzo de 1928, José de la Cuadra se casó con Inés Núñez del Arco, con quien tuvo cinco hijos, de los que sobrevivieron tres.
Se asegura que José de la Cuadra era un padre dedicado y cariñoso con su familia. Aunque mujeriego y galante, tenía una buena relación con su esposa Inés, que no era una mujer celosa e, incluso, lo ayudaba con las notas de ideas para sus cuentos.
Cuando viajó a Buenos Aires, tuvo que vender la casa de su abuelo en la que creció para pagar los gastos del viaje de su familia. Entonces envió a su madre, Ana Victoria Vargas, a vivir a casa de sus suegros.
Se dice que en este momento el escritor se encontraba alcoholizado, lo que afectaba la economía familiar. Al regreso de Argentina alquilaron una casa en Guayaquil y la esposa de Cuadra trabajaba realizando sombreros de paño.
Muerte
José de la Cuadra murió en Guayaquil el 27 de febrero de 1941 a la temprana edad de 37 años.
En el carnaval, el autor decidió quedarse en casa jugando con sus hijos, a la mañana siguiente se despertó con malestar y solicitó la visita de un médico que le recomendó descanso y le recetó un sedante al pensar que se trataba de ansiedad.
Esa misma noche, Cuadra sintió un fuerte dolor de cabeza y exclamó que no quería morir. Cuando su esposa acudió a su auxilio, ya Cuadra se hallaba con el cuerpo parcialmente inmóvil por una hemorragia cerebral.
Fue trasladado al hospital, pero los esfuerzos fueron en vano, pues José de la Cuadra murió a las pocas horas.
Acerca de su muerte existen dos versiones, una asegura que el día anterior había tomado alcohol en exceso y su hígado colapsó, pues ya Cuadra sufría de cirrosis por su consumo de licor.
Sin embargo, su esposa Inés Núñez aseguraba que Cuadra no había consumido alcohol durante todo el día de su muerte y que esta se debió a un síncope.
Estilo literario
José de la Cuadra tiene características particulares en cuanto a su estilo. Tuvo presente la tragedia social y vivencial de los ecuatorianos, con la que estuvo sensibilizado gracias a su postura política de izquierda y con la que entró en contacto cuando ejercía el derecho.
A pesar de eso, Cuadra plasmaba un humor particular en sus escritos. Se aproximaba a la crítica social mediante la ironía.
Sus estudios le brindaron amplios conocimientos acerca de la psiquis de un criminal. En su trabajo Cuadra aprovechaba eso y lo explotaba en sus textos, en los que los asesinatos, anomalías y abusos sexuales eran algunos de los temas recurrentes.
Su narrativa estuvo dominada por elementos como el destino y la tragedia, ya que los héroes de sus historias, normalmente, eran guiados por el primero hacia la segunda.
Prefirió alejarse de la concepción colonial de narraciones que retrataban a los ecuatorianos blancos, aristocráticos y que reflejaban a Ecuador casi como un país europeo. Por el contrario, mostró a un país indígena y mestizo, con dificultades y problemas particulares.
Separó la imagen de Ecuador como una nación independiente con sus propias dinámicas y creó un concepto literario que, prácticamente, no había sido explorado en el país hasta entonces.
El Grupo de Guayaquil
Benjamín Carrión consideraba que al hablar de José de la Cuadra se hablaba del mejor relatista ecuatoriano. Carrión fue quien les asignó el nombre de Grupo de Guayaquil a Cuadra, Alfredo Pareja Diezcanseco, Demetrio Aguilera Malta, Joaquín Gallegos Lara y Enrique Gil Gilbert.
Por su parte, Pareja aseguraba que Cuadra era el mayor de los cinco, también aclaraba que no se trataba de una cuestión de edad, sino de maestría.
Pero Cuadra sí era mayor que todos los integrantes del grupo: cuando él publicaba sus primeros trabajos, los demás solo eran niños. Cuadra fue el pionero del realismo social ecuatoriano.
Fuente : lifeder.com
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